El círculo de los devorados
Publicado: 18/07/2025
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| @Ilustración generada con IA creada por Adania Nilsen. |
Ya el infierno no es una metáfora ni solo una amenaza.
Está ahí, abierto como una herida en la carne del mundo, respirando entre las montañas de Río.
Estructuras erosionadas con una precisión divina revelaron el agujero: un abismo vivo, un ojo sin párpado que sigue a todos con su mirada punzante. De él emerge la sangre de los torturados, se mueve como las corrientes de un río enfurecido tras golpear grandes rocas negras.
Después de esto no hay retorno, la puerta ha sido abierta, nadie fue compelido a ingresar; no obstante, los idiotas y los estúpidos hicieron filas para entrar.
Puedo verlos moverse y celebrar alrededor del agujero; dentro hay entidades monstruosas, de cuencas vacías, de un negro profundo como la ausencia de un dios, cornamentas torcidas como antiguas plegarias rotas.
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| @Ilustración generada con IA creada por Adania Nilsen. |
Ellos miran.
Contemplan con fijeza ritual a los incrédulos que se asoman por el borde.
Este lugar ya no será enterrado.
Los intraterrenos siempre han estado ahí, danzando en el fuego.
Sus sombras se proyectan como lenguas de una escritura maldita en los muros de piedra.
Y los creyentes…
Los creyentes balbucean, se tambalean.
Algunos abandonan sus altares.
Esto ya no se trata de una limitada perspectiva religiosa.
Es sobre la existencia.
Tan real como tú, que lees estas palabras con las manos temblando.
Ahora algo ha germinado en el centro de nuestro pecho.
Una oscuridad que no pide permiso, que no ofrece remisión.
Los navegantes que en algún momento buscaron su verdad se han desorientado en el mar o posiblemente han sido absorbidos por una anomalía del océano.
Ya no soportan la visión de su asqueroso reflejo.
Y en su lugar… inventaron demonios, para justificar su miseria.
En el infierno todo está hecho a la medida exacta de su culpa, creado por mentes humanas.
Se mutilan con símbolos, suplican castigos, creen que el dolor los redime.
Pero esto…
Esto no es un camino, es una espiral sin salida.
La maldad no viene de afuera.
Está dentro.
Te muerde el vientre, te araña el cráneo, te susurra en lenguas y vomita sobre tus ojos, está adherida a ti desde el vientre.
Agonizas cada día intentando cumplir con lo que dijeron que era “bueno”.
¿Y quién lo dijo?
Mira el abismo.
Míralo bien.
Ahora es real.
¿No es acaso lo que buscabas?
Tomo tu cara entre mis manos.
Y la hundo en la oscuridad de la puerta al infierno.
Para que bebas del horror por el que tanto suplicaste.
Gritas.
Te arrancas los cabellos.
Rasgas tu ropa, intentas hacerlo con tus carnes, como si quisieras deshacerte de tu alma.
Pero nadie te oye.
Solo yo.
Por eso danzo.
Le bailo al fuego.
Mientras las sombras me acarician como amantes antiguos.
Giro sobre piedras que hierven, y ya no siento dolor.
Estoy celebrando al ver cómo te desintegras en el bucle del abismo.
Ahora lo saben todos:
El infierno es real.
Y el acceso está abierto.
¿Quién puede mirarlo sin perder la razón?
Solo los que ya han sido devorados.
Los que coquetearon con la muerte y encontraron placer.
Los que duermen sobre arañas y sueñan mientras sienten las cuchillas cortando su espalda.
Este lugar no es solo fuego y látigos.
Es el corazón de nuestra prisión.
Una célula primigenia
Vete, si quieres, corre
Pero tu mente… no volverá contigo.
He fijado la sombra de tus talones con clavo de riel en las vías de un tren que nunca se detiene.
Escribí tu nombre en un pedazo de cráneo, lo he enterrado en un cruce sellándolo con tierra de cementerio y azufre.
Observo.
Me deleito.
Veo cómo te retuerces, cómo te desplomas.
Como tu forma se deshace en el barro.
El calor sigue subiendo.
La entrada resplandece como un diamante maldito.
Y los visitantes llegan.
Curiosos, fascinados, como si se tratase de una nueva atracción, no entienden que ya no hay “afuera”.
Serás masticado, digerido, y luego todo comenzará otra vez.
Porque el infierno no te quiere muerto…
Te quiere eterno.
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@Ilustración generada con IA creada por Adania Nilsen.
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